HAY ESPACIO PARA UN TANTO DE OPTIMISMO

Se observa una cierta confluencia entre los diversos enfoques adoptados, acerca de la propagación de la pandemia del Covid19 en el Perú. La infección se hace cada día más lenta, no obstante que sigue aumentando el número acumulado de contagios y decesos, y se abre el horizonte de que la infección alcance un “estado de meseta” superando “picos” que eventualmente pueden presentarse. Pero la “meseta” presentará un número muy elevado de casos de infección, sería bastante duradera en el tiempo y con un desarrollo desigual en distintas regiones del país.

Debo resaltar que --según MINSA-- si bien el número total de personas infectadas por Covid19 llegó a 104.020 el día 20 de mayo, para entonces el número de pacientes recuperados de la infección ha superado por segundo día consecutivo a la cifra de los nuevos casos de Covid19. Este es un panorama alentador.

Por tanto, a pesar de las incertidumbres, es posible avizorar que hacia julio o agosto la infección pierda su actual carácter de amenaza activa y crítica.

Necesariamente hay que valorar como muy buena recomendación la que desde diversas fuentes se hace al Gobierno y que recoge el decano del Colegio Médico del Perú, planteando que el Gobierno debe cambiar la cuarentena rígida actual por una cuarentena focalizada, que tome en cuenta la tasa de prevalencia (cantidad de infectados en un área territorial) en cada zona del país. La cuarentena focalizada se concretaría en el tratamiento diferenciado de las áreas mencionadas, con especial esfuerzo en contener la difusión de la infección en las áreas de alta prevalencia.

Ese punto de vista coincide con el que he venido sosteniendo sobre la “cuarentena inteligente”, dinámica y flexible para “abrir” zonas donde la infección no es grave y “cerrar” (incluso con cercos sanitarios) zonas donde la infección está en alza.