LA LUZ EN LAS TINIEBLAS RESPLANDECE Y LAS TINIEBLAS NO PREVALECIERON (Juan 1:5-28)
- Miguel Angel Rodríguez Sosa
- 22 may 2020
- 3 Min. de lectura
La pandemia del Covid19 nos ha golpeado, y duro, a los habitantes de este país de las desigualdades. A Unos mucho más que a otros. Recuperarse de esta situación va a demandar un gran esfuerzo que –debo confesarlo— todavía no avizoro.
Pero a pesar de que la pandemia ha producido ya más de 100.000 infectados, la gran mayoría son casos leves o moderados, lo que explica que la tasa de letalidad sea bastante baja: menos del 3% respecto del universo de infectados registrados. La situación ha pintado muy grave pero no desastrosa y si en alguna parte del país la pandemia se presenta como catástrofe, eso es, en buena cuenta, resultado de la indisciplina social imperante. Si hubiera habido más energía para reprimir la indisciplina, otro hubiera sido el caso.
Pero, en fin, la escena de la pandemia de Covid19 en el Perú se está aclarando, día tras día, gracias a los esfuerzos serios de todos cuantos se han preocupado realmente por entender el fenómeno de la infección, la emergencia, los yerros y los aprendizajes que ha costado enfrentarla desde un Estado paquidérmico y carencial; gracias a quienes hicieron seguimiento objetivo y riguroso de la infección, a quienes prospectaron escenarios no obstante la data insuficiente, a quienes no perdieron la buena voluntad. No gracias a los hiper críticos prejuiciosos y resentidos, ni a los subjetivistas, ni a los dueños de una verdad sin asiento en la experiencia, tampoco gracias a los alarmistas y menos gracias a los terroristas de teclado que graznaban: ¡el sistema de salud ha colapsado!, ¡gente se muere en las calles!, ¡hay un subregistro de decesos!, ¡tantos infectados, tantos muertos!, como avechuchas agoreras.
Para quienes nos hemos tomado en serio el conocimiento de la realidad con base en los hechos y sus tendencias. Para quienes siempre vimos la luz al final del túnel a pesar de la oscuridad imperante y, a veces, a pesar de la sensación de desamparo y del “estamos por nuestra cuenta” que nos causaba tanta ineptitud, erratismo y contramarcha del Gobierno. Para quienes entendimos pronto que este Gobierno y el aparato del Estado en general enfrentaban la pandemia con buenas y malas decisiones, con retardo entre la decisión y la ejecución de la misma, con deficiencias varias porque tuvieron que aprender “sobre la marcha”, con limitaciones propias y sin tutor.
Bueno pues, para todos esos –nosotros— ha llegado un momento de climax dramaticae. Advierto que nos preparamos para batallas definitivas contra la pandemia, que en las próximas dos o tres semanas serán tan arduas como la librada contra “el rey de la noche” ante los muros de Winterfell (en GOT, para los que saben).
Por ello, es oportuno señalar que en nuestro país la infección por Covid19 ya ha escalado varios “picos” de propagación y ha alcanzado una “meseta” de evolución que seguro durará meses y donde habrá que aprender todavía más. Con seguridad se puede mencionar que la infección presentará en lo sucesivo varios “rebotes” y un desarrollo bastante desigual entre regiones y aun en áreas subnacionales menores. Pero está en el estado en que ya se abre el escenario de la post pandemia y ésta dejará de ser la amenaza crítica y angustiante que nos ha desvelado durante meses. Aunque no hay que descuidar la posibilidad del contagio tardío.
Es momento de reconocer logros, y hay bastantes. Pero quiero detallar que el Perú es el segundo país de Suramérica con mayor número de pruebas aplicadas para detectar la infección, lo que habilita brindar una data crecientemente confiable; es el país que logró un aumento en 500% de camas UCI con respiradores mecánicos en solamente dos meses; el que aumentó en varios miles las camas hospitalarias disponibles para los infectados por Covid19; el país donde brillan la sapiencia, el esfuerzo y sacrificio personal de médicos y personal asistencial de salud, así como su aporte –por medio del aprendizaje— de tratamientos novedosos y eficaces para infectados, y su empeño para que ahora el número de recuperados sea superior al de infectados. Gracias por todo eso.
Habrá momento para las críticas, los desencantos, las furias y las penas. Pero hoy estoy en modo de realismo optimista y nada me va a cambiar este ánimo, que quiero compartir con ustedes.

Comments